Algunas creencias sobre el vino han pasado de boca en boca que se han convertido en mitos.
El vino blanco no produce dolor de cabeza:
Por ejemplo, la transformación de un crianza en un reserva gracias al paso de los años o que los vinos blancos producen dolor de cabeza son afirmaciones que se creían ciertas y que ahora los expertos desmienten, los mitos de que la variedad de los vinos blancos producen dolores de cabeza, procede de cuando a los vinos para poder preservarlos y evitar la oxidación de los mismo, se les echaba muchos sulfitos a los caldos, pero hoy en dia la enología ha avanzado de una manera tal! que ahora se agrega una dosis correcta que ya con esto no nos produce ningún dolor de cabeza.
Un vino de crianza no termina siendo un reserva:
Ahora sobre las diferencias entre vinos de crianza y reserva, se dice que un crianza jamás tendrá un potencial de un vino de guarda ni tampoco tendrá la evolución de un reserva. Por lo cual, para que un vino sea considerado de crianza, tiene que tener o encontrarse en su tercer año de vida, y haber estado como mínimo un año en barrica de roble.
Un reserva tiene que haber conseguido un envejecimiento mínimo de tres años (entre barrica de roble y botella), de los cuales uno de esos 3 años debe haber estado en barrica.
La denominación de origen no asegura la calidad:
La calidad no depende solo del precio, de la edad o del origen. Un tinto, por ser Rioja, no será mejor que otro. En La Rioja podemos encontrar vinos excelentes, pero también vinos muy malos.
Los avances en la fabricación del vino y el interés de los consumidores por saber más, estan haciendo que estos mitos o ideas erróneas, vallan desapareciendo.
Fuente: 20Minutos
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